Entre los meses de junio y septiembre, las y los voluntarios colaboran activamente en comunidades y espacios educativos, aportando saberes desde disciplinas como la psicología, economía, educación, cooperación internacional e investigación social. Su participación refuerza nuestras acciones con nuevas miradas técnicas y humanas, y genera un impacto positivo tanto en los procesos de la Fundación como en sus propias trayectorias personales.
Experiencias que transforman realidades
En el marco del voluntariado individual, dos voluntarios de Córdoba, Andalucía (España), se integraron al Programa Limpio Sur, desarrollando talleres de educación financiera y actividades lúdicas para niñas, niños y familias. Estas propuestas fortalecen espacios de educación no formal, promoviendo el desarrollo de habilidades prácticas para la vida y fomentando la participación comunitaria.
Desde el programa Esade SUD Internship, de la Universidad Esade de España, Vera (Noruega) y Lucía (Alemania) colaboran en el diseño de herramientas para la medición de impacto en los proyectos Joven Adelante y Alda Educa, contribuyendo con un enfoque técnico y orientado a la mejora continua de nuestras intervenciones.
Por segundo año, contamos con la valiosa presencia de Rafael Ballesteros, estudiante del Máster en Cooperación Internacional de la Universidad del País Vasco, quien realiza sus prácticas en el área de proyectos gracias a un convenio con nuestra organización. A su vez, cuatro estudiantes de la Universidad de Málaga, con perfiles en Psicología, Economía y Profesorado, también se suman al Programa Limpio Sur, integrándose a diversas actividades comunitarias y educativas.
Una red que crece con propósito
Cada voluntariado deja una huella significativa. Las experiencias compartidas no solo enriquecen nuestro trabajo institucional, sino que también fortalecen el crecimiento personal y profesional de quienes eligen sumar su tiempo y conocimientos a una causa común. En Fundación Alda creemos que el voluntariado internacional es una herramienta poderosa de transformación, capaz de tender puentes entre culturas, de generar aprendizajes mutuos y de inspirar nuevas formas de construir un mundo más justo y solidario.
Son vínculos que traspasan fronteras y nos conectan con personas comprometidas con la educación, la equidad y el desarrollo humano sostenible.